¿A qué le teme el gobierno?
El gobierno de Ecuador está congelando las cuentas bancarias de organizaciones indígenas y personas defensoras de DDHH mientras retrocede en materia de derechos humanos, colectivos y de la naturaleza en todo el país.

Durante más de quinientos años, las nacionalidades indígenas de la Amazonía han resistido amenazas constantes a sus vidas. Desde la colonización y la esclavitud hasta la minería, la extracción petrolera, la industria agrícola y las plantaciones de palma, los pueblos indígenas han enfrentado un asedio continuo de quienes ven en sus territorios, sus hogares y sus vidas obstáculos en el camino hacia el “progreso” y la prosperidad.
Por eso, hace diez años, miembros de cuatro nacionalidades del noroeste de la Amazonía, en Ecuador, decidieron unirse y formar la Alianza Ceibo para resistir juntas. Los pueblos y nacionalidades A’i Cofán, Siona, Siekopai y Waorani habían sido testigos de medio siglo de contaminación y devastación provocadas por la extracción petrolera, respaldada por el gobierno e impulsada por las empresas. La alianza nació con un plan simple pero poderoso: dar herramientas legales y prácticas a las comunidades indígenas y avanzar procesos con ellas, para proteger sus territorios y construir grandes sueños con su gente.
La Alianza Ceibo se fundamenta en el trabajo comunitario para y con las comunidades indígenas de la Amazonía ecuatoriana. Su labor es pionera y adopta un enfoque integral para la protección de los territorios indígenas y la supervivencia cultural. La alianza ha creado sistemas de captación de agua de lluvia para miles de familias y ha generado energía solar para cientos de familias más. Ha apoyado a la economía comunitaria, así como a modelos educativos liderados por las propias comunidades indígenas para la transmisión y la recuperación cultural. Capacita a guardias indígenas, defensores de derechos humanos y del territorio, y forma a comunicadores para impulsar el crecimiento y el desarrollo de los medios de comunicación indígenas. Las iniciativas de Ceibo para el empoderamiento de las mujeres están impulsando liderazgos femeninos eficaces, innovadores y poderosos.



Alianza Ceibo también ha adoptado nuevas tecnologías para mapear y monitorear sus territorios y ha desarrollado e implementado estrategias legales que han dado lugar a victorias históricas contra los intereses extractivistas. El pueblo Waorani venció a las grandes petroleras y el pueblo A’i Cofán de Sinangoe logró repeler el avance de proyectos mineros sin consentimiento previo en su territorio.
Gracias a estas victorias y a la amplia gama de iniciativas que ha implementado, la Alianza Ceibo se ha convertido en un referente para las organizaciones indígenas de todo el mundo. Su modelo comunitario, liderado por indígenas, y su labor han recibido un amplio reconocimiento. En 2020, recibieron el Premio Ecuatorial de las Naciones Unidas. También han recibido reconocimientos de TIME Earth, TIME100, TIME100 Climate, el Premio Goldman, el Premio St. Andrews para el Medio Ambiente, el Premio Lush Spring y, en 2024, el Premio Humanitario Hilton en conjunto con sus aliados de Amazon Frontlines.
Sin embargo, el 6 de octubre de 2025, esta alianza, pionera en la resistencia indígena reconocida internacionalmente, vio congelada su cuenta bancaria. No hubo ninguna advertencia formal previa al bloqueo, lo cual tiene graves consecuencias que se están manifestando ahora mismo.
El bloqueo de las cuentas de la Alianza Ceibo ha imposibilitado el pago a sus trabajadores, el cumplimiento de sus obligaciones legales y fiscales, y el pago a sus proveedores, además de limitar su capacidad para llevar a cabo su labor comunitaria. Esta decisión arbitraria e injustificada afecta la vida de cientos de familias que necesitan, dependen y confían en el trabajo de la Alianza Ceibo. Es una de al menos 10 organizaciones que han sido blanco de este tipo de persecución financiera, lo cual forma parte de un retroceso global y generalizado de los derechos humanos y de los pueblos indígenas.

En todo el mundo, los derechos indígenas y ambientales están cada vez más bajo ataque. Solo el año pasado, 146 defensores ambientales fueron asesinados o desaparecieron, y un tercio de ellos eran indígenas. Aun así, este año, Estados Unidos y el presidente Trump se apresuraron a recortar fondos para organizaciones de derechos humanos y ambientales en todo el mundo, alentando el silenciamiento de las voces e historias indígenas dentro y fuera del país.
América Latina enfrenta una poderosa oleada populista y autoritaria. Daniel Ortega y Rosario Murillo han destruido organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, universidades y la prensa independiente en Nicaragua. Nayib Bukele ha atacado a organizaciones de derechos humanos y medios en El Salvador. En Perú, Dina Boluarte ha utilizado acciones legales para silenciar y restringir a los defensores de los derechos humanos.
Que Ecuador se haya unido a esta tendencia no es tan sorprendente como la forma en que lo hizo su presidente, Daniel Noboa: aprobando leyes y decretos ejecutivos en sus primeros días de mandato, encabezando una marcha contra la Corte Constitucional, recortando subsidios a los ciudadanos que más los necesitan y convocando un referéndum para reformar la Constitución ecuatoriana. Fue un giro violento para un país que durante años había trabajado para posicionarse como líder internacional en derechos ambientales e indígenas.
El congelamiento de la cuenta de la Alianza Ceibo parece ser una señal de la nueva fase de este retroceso en los derechos y solo un ejemplo de los múltiples ataques financieros dirigidos que hoy se están llevando a cabo en Ecuador. Decenas de defensores de derechos humanos, líderes indígenas y organizaciones también han visto sus cuentas congeladas.
La Alianza Ceibo se ha unido en solidaridad para afrontar este momento, y a pesar de la evasiva de los tribunales, su equipo legal ha iniciado oficialmente una defensa contra el bloqueo de sus cuentas.
Hoy, miércoles 5 de noviembre, se realiza su audiencia.
Entonces, ¿a qué le teme el gobierno?
Nuestros colegas de la Alianza Ceibo tienen algunas teorías:
“Envenenaron nuestros ríos con metales pesados y toxinas, y por eso hemos instalado miles de sistemas de captación de agua de lluvia en nuestras comunidades. ¡Y ahora nos congelan la cuenta bancaria! No lo entiendo. ¿Quieren que nos enfermemos?”

Emergildo Criollo, líder A’i Cofán, quien perdió a dos de sus hijos por contaminación petrolera y ha dedicado su vida a llevar agua limpia a su pueblo.
“Creo que quieren que olvidemos quiénes somos. No quieren que nuestros hijos aprendan del bosque ni de nuestros mayores. Por eso están manipulando nuestras cuentas bancarias, para impedirnos construir nuestro propio sistema educativo.”

Gaba Guiquita, líder waorani en educación.
“Nosotros somos la razón por la que los bosques siguen en pie. Tienen miedo del bosque. Quieren convertir la Amazonía en campos petroleros, minas y plantaciones de palma africana.”

Nemonte Nenquimo, cofundadora de la Alianza Ceibo y Amazon Frontlines.
“Somos buenos narradores y tenemos historias muy poderosas. Eso es lo que no les gusta. No quieren que contemos nuestras historias al mundo, porque nuestras historias revelan la violencia que ejercen contra nosotros. Por eso nos están atacando y bloqueando nuestras cuentas.”

Nixon Andy, comunicador de la Alianza Ceibo.
“Creo que el gobierno tiene miedo porque hemos aprendido a usar el dinero como una herramienta para el bienestar colectivo de nuestro pueblo —y por eso están congelando nuestras cuentas.”

Alicia Salazar, líderesa siona y miembro del Consejo de Liderazgo de la Alianza Ceibo.
Fotografías: Sophie Pinchetti, Mateo Barriga, Christopher Fragapane, Michelle Gachet y Alejandro Jaramillo.
A la fecha de esta publicación, la cuenta bancaria de la Alianza Ceibo aún no ha sido reactivada. La resistencia continúa.
Puedes leer el comunicado de prensa de Ceibo aquí.