Amazon Frontlines está profundamente preocupado por la decisión del Departamento de Estado de EE.UU. de celebrar la entrada de Ecuador en el Foro de la Asociación para la Seguridad de los Minerales (FASM). Esta acción de ninguna manera reconoce los impactos devastadores que la afiliación de Ecuador tendrá sobre la selva amazónica, el clima global y los territorios indígenas. Al fomentar directamente políticas que dan prioridad a la minería a gran escala frente a la protección del medio ambiente y los derechos de los indígenas, Estados Unidos es cómplice de la destrucción en curso de una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta y una zona fundamental para mitigar el cambio climático global.
La historia de la Asociación para la Seguridad de los Minerales nos muestra que, aunque los socios afirman defender elevadas normas medioambientales, el mandato del grupo no tiene en cuenta los daños irreversibles que el aumento de las actividades extractivas causará en la Amazonia. Además, la Alianza cuenta con importantes planes de expansión geográfica en vastos territorios indígenas de selva tropical, lo que eclipsa su pretendida atención a la seguridad de los minerales para las transformaciones ecológicas y digitales.
Al facilitar los planes de Ecuador, Estados Unidos socava los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de carbono y preservar ecosistemas críticos esenciales para la estabilidad de nuestro planeta. El Departamento de Estado también muestra un desprecio descarado por el papel de los pueblos indígenas como verdaderos guardianes de la selva amazónica.
Por todo ello, exigimos al Departamento de Estado de Estados Unidos que reconsidere su postura de apoyar la entrada de Ecuador en el Foro de la Asociación para la Seguridad de los Minerales y que, en su lugar, dé prioridad a políticas que protejan el medio ambiente, salvaguarden nuestro clima y respeten los derechos de los indígenas. El liderazgo auténtico en la lucha contra el cambio climático exige un compromiso con acciones firmes y determinadas para preservar el patrimonio natural global y cultural de nuestro planeta. Es hora de reconocer que la verdadera seguridad no viene de la explotación de los recursos naturales, sino de conservarlos para las futuras generaciones y garantizar la sostenibilidad del planeta. El mundo nos está observando, y Estados Unidos debe posicionarse a favor del Amazonas, el medioambiente y los pueblos indígenas, que se encuentran en primera línea de defensa de estos vitales ecosistemas.