Territorio ancestral Siekopai, 11 de mayo de 2023
El 30 de mayo a las 8h30 está convocada la audiencia en la Corte Provincial de Sucumbíos en la que exigimos ser escuchados y atendidos frente a una histórica violación de nuestros derechos. Llevamos sufriendo más de 80 años para poder vivir en nuestro territorio de Pë’këya sin el miedo y temor de ser violentados. Gente extraña nos esclavizó y sacó del territorio y una guerra ajena a nosotros nos desplazó y tuvimos que huir para no ser exterminados.
Nosotros, como Siekopai, solamente somos 828 personas, y hemos logrado mantener nuestras prácticas culturales mediante un esfuerzo de resistencia para volver a nuestro territorio de origen de donde obtenemos los materiales y la fuerza espiritual para seguir existiendo. Nuestros abuelos y abuelas, mediante tomas de yagé, y un esfuerzo constante por conectarse con los espíritus que habitan allá nos han heredado un inmenso patrimonio cultural, y la tarea de recuperar el territorio para garantizar la vida e integridad cultural de nuestro pueblo.
Hace un mes murió Cesario Piaguaje, un abuelo shaman que luchó incansablemente por retornar a Pë’këya. Hasta sus últimos momentos pedía retornar al lugar de origen donde nacieron y murieron sus ancestros. Él es uno de los líderes a los que el Estado ecuatoriano engañó en los años 90 diciéndole que podía retornar, sin embargo, luego de terminado el conflicto armado, en 2008 firmaron convenios con otras comunidades no ancestrales de la zona. La pérdida del abuelo nos genera un profundo sufrimiento, pero nos llena de valor para avanzar con su espíritu e ir con valentía a la audiencia para exigir a la Corte Provincial que nos permita seguir existiendo como pueblo culturalmente diferenciado.
El juez de primera instancia, señor Victor Hugo Garofalo, nos discriminó como pueblo indígena exigiendo que comparezcamos ante una computadora, y negándose a escucharnos sobre la historia de violencia de la que hemos sido víctimas. A pesar de que le enviamos cartas nunca nos respondió. Cuando emitió su sentencia a finales de marzo, reconoce que tenemos derecho sobre ese territorio Pë’këya pero nos dice que debemos esperar que las instituciones tengan la voluntad de atendernos, y que debemos resolver nosotros un conflicto que fue generado por ellos.
No podemos esperar más, llevamos mucho tiempo haciendo viajes con miedo y siendo hostigados. En 2018 destruyeron y quemaron la casa de yagé en la que habíamos revitalizado el pacto con el mundo acuático y los seres que habitan en los árboles, los animales, y las lagunas. La destrucción generó un daño terrible en los shamanes y en nosotros como grupo. Cesario estuvo allí. Kosa Dopë, Wakarajaira, Ñakomasira, Kwiñajaira son lugares históricos de encuentro y constitución de nuestro pueblo.
Somos portadores de una riqueza cultural y de conocimiento etnobotánico único que ha sido recogido por varios científicos. En Ecuador solamente estamos ubicados en la provincia de Sucumbíos asediados por la palma africana, los bloques petroleros, e intentos agresivos de colonización y deforestación. Nuestro hogar es la selva de Pë’këya, allí podemos reproducir nuestra cultura sustentada en la relación de miles de años que han tenido nuestros ancestros con este territorio.
Del inmenso territorio que tuvimos, solamente exigimos que se nos entreguen 42360 hectáreas como garantía para la reproducción de nuestra cultura. No pretendemos despojar a las comunidades que habitan en la zona, sus asentamientos poblados están por fuera de lo que nosotros solicitamos. Exigimos que el Estado ecuatoriano resuelva un conflicto instaurado por ellos al haber creado el área dentro de la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno y luego de forma inconsulta y unilateral firmar convenios de cooperación. Repetimos, no pretendemos despojar, exigimos que se haga una redistribución justa que garantice nuestro derecho a existir sin afectar a otros hermanos indígenas.
Exigimos que el Estado ecuatoriano mediante los jueces de la Corte Provincial (Doctores Wilmer Henry Suárez Jácome, Ponente; Juan Salazar Almeida; y Carlos Moreno Oliva) garantice nuestro derecho a seguir existiendo. El acceso limitado, con violencias y hostigamientos, hará que nosotros desaparezcamos y con ello el patrimonio cultural que tenemos. Llevamos más de cinco años pidiendo al Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica que nos garantice la integridad cultural y la vida colectiva como pueblo, mediante la restitución de Pë’këya. Necesitamos recuperar Pë’këya de forma urgente e inmediata, retrasarlo solamente aumentaría el sufrimiento, más abuelos y abuelas morirán viendo como se extingue la cultura Siekopai.