Cientos de pueblos indígenas provenientes de todas partes del mundo viajaron a Colombia para hacer que sus voces fueran oídas en la cumbre de la biodiversidad de las Naciones Unidas este año, COP16. Muchos llegaron con sentimientos encontrados de esperanza y preocupación. ¿Sería esta COP16 una oportunidad para el reconocimiento de sus liderazgos y soluciones a las crisis de la biodiversidad y del clima? ¿Reconocerían los líderes mundiales a los territorios indígenas como una forma clave de conservación en sus planes para preservar el 30% del territorio, el agua y las áreas marinas para 2030?
La cumbre internacional tomó lugar en un momento crucial en tanto Suramérica emerge como un líder en la política climática y de la biodiversidad. Con el presidente Petro de Colombia como anfitrión en Cali y con Brasil programado para ser el anfitrión de la cumbre G20 en Río en noviembre de 2024 y la COP30 sobre Cambio Climático en noviembre de 2025, el liderazgo de la región en acción climática es cada vez más destacado.
Durante los dos años pasados, el continente ha estado de cara a una sequía que ha batido todos los récords y ha afectado particularmente a la selva Amazónica, donde los pueblos indígenas están enfrentando una violencia y una destrucción ambiental en incremento debido a la deforestación, la minería, los proyectos de energía e infraestructura, y las actividades económicas ilícitas. La presencia ilegal de grupos armados en territorios indígenas ha escalado más aun las amenazas a las vidas y el bienestar de las comunidades indígenas, poniéndolas en riesgo tanto físico como de exterminación cultural.
En la COP16, el presidente Gustavo Petro y la ministra de ambiente y desarrollo sostenible Susana Muhamad dieron discursos poderosos urgiendo al mundo a reconocer y “hacer la paz con la naturaleza” como un paso esencial para detener la destrucción ambiental y prevenir el ecocidio. Muchos líderes indígenas y activistas climáticos resonaron profundamente con este mensaje, al encontrar confluencia sobre la necesidad urgente de descarbonizar la economía global, acabar con la dependencia de los combustibles fósiles, y llevar a cabo la transición hacia los recursos de energía renovable. Estos pasos son vitales para evitar los puntos de inflexión irreversibles y la destrucción a gran escala de los biomas más importantes de la tierra como la selva tropical de la Amazonía.
Las esperanzas eran por lo tanto elevadas de que la COP16 marcara un punto decisivo para la mayor inclusión de las voces desde los territorios indígenas. En conferencias pasadas, las perspectivas indígenas han sido desconocidas en medio de los bombos, diplomacias y las alcurnias, que han caracterizado a este evento como un espacio elitista, de exclusión y poca participación para los pueblos y organizaciones territoriales del mundo, y en especial de la Amazonía, un ecosistema prioritario para el cuidado desde la retórica estatal y de organismos multilaterales, pero sobre el cual poco interés real existe de proteger y cuidar, y sobre todo de comprender en sus justas dimensiones. Como observa el líder Siona Maria Erazo Yaiguaje del Río del Putumayo, “Los compromisos de los líderes mundiales con frecuencia se incumplen. Necesitamos que las promesas se transformen en acciones de tal manera que podamos ver cambios reales en nuestros territorios.”
Foto: Amazon Frontlines / Ceibo Alliance
Nuestra Delegación ante la COP16
Veintitrés miembros del equipo de Amazon Frontlines y la Alianza Ceibo y líderes indígenas de las naciones A’i Cofán, Andwa, Siekopai, Siona, y Shuar asistieron a la COP16 para compartir y ampliar sus experiencias de vida, historias, y nuestro trabajo a través de toda la Alta Amazonía. Nuestras voces se unieron a otras alrededor de las Américas en llamar la atención a las amenazas que están emergiendo por toda la región impulsadas por jefes de gobierno y los crecientes intereses de la industria extractiva, y para convocar a una mayor responsabilidad sobre los compromisos hechos a nombre de proteger la biodiversidad en América Latina.
Hubo una alta expectativa sobre un nuevo tipo de espacio de encuentro en la COP16 llamado “Zona Verde”, que marchó en paralelo con la “Zona Azul” oficial. Mientras que la “Zona Azul” fue la anfitriona de deliberaciones y toma de decisiones a puerta cerrada por parte de delegados de Estado de 196 países, la “Zona Verde” fue designada para congregar a organizaciones, representantes indígenas, comunidades, la academia y el público en general. Así, la Zona Verde permitió que las organizaciones, pueblos, comunidades, academia y población en general, se encontrarán para deliberar sobre las rutas a transitar para el cuidado y protección de los ecosistemas, ríos, montañas con apuestas políticas conjuntas, así como las garantías para la pervivencia en los territorios.
Nuestra delegación organizó una serie de eventos en ambas zonas, azul y verde, para impulsar a los países participantes a cumplir con su compromiso de proteger el 30% de la tierra y el agua para 2030 mediante asegurar que los derechos y la autonomía indígenas sean priorizados, y para abogar por la reforma de leyes nacionales para reflejar, proteger y apoyar activamente la administración indígena:
Foto: Ribaldo Piaguaje
Situación de pueblos indígenas transfronterizos entre Ecuador, Perú y Colombia y la conservación de la biodiversidad (zona azul)
Las comunidades indígenas que viven en las fronteras entre Ecuador, Perú y Colombia están enfrentando retos inmensos en tanto luchan por proteger sus territorios y culturas del descuido estatal, el extractivismo y el crimen organizado. Estas fronteras artificiales, trazadas sin considerar los territorios ancestrales, han fragmentado las sociedades indígenas, interrumpiendo la conexión con su territorio y poniendo en riesgo su supervivencia.
Los ponentes destacados incluyeron a: Mario Erazo Yaiguaje, Líder Siona Leader del Río Putumayo; Justino Piaguage, Líder Territorial de la Nacionalidad Siekopai (NASIEPAI), Edinson Sandoval, Presidente de la Organización Indígena Secoya del Perú (OISPE); Wider Guaramag, Presidente de la Comunidad A’i Cofán de Sinangoe; Jenny Paguay, Gobernadora de la Reserva Indígena A’i Cofán Santa Rosa del Valle del Guamuez; Josefina Tunki, Líder Shuar, actual Vicepresidenta del Consorcio Ticca de Latinoamérica; Milton Callera, Presidente de la Coordinadora Binacional de la Nacionalidad Achuar de Ecuador y Perú. La moderadora fue Alexandra Narváez, líder A’i Cofán, Guardia Indígena de Sinangoe & y Ganadora del Premio Goldman.
Foto: Ribaldo Piaguaje
Guardias indígenas comunitarios como estrategia para el cuidado de la biodiversidad (zona azul)
Los líderes indígenas y los defensores ambientales son cruciales para el éxito de los esfuerzos globales para proteger la biodiversidad y sostener la vida. El reconocimiento y apoyo de los Guardias Indígenas de base comunitaria son vitales, no solo para salvaguardar a los territorios, sino también para proteger a los líderes y defensores que enfrentan riesgos tremendos en su trabajo, incluyendo la estigmatización, la criminalización, la violencia, en incluso la muerte. Latinoamérica sigue siendo la región más peligrosa del mundo para los defensores de los derechos y los territorios, con Colombia clasificada en el ranking como el país más mortal para estos individuos.
Entre los oradores destacados se incluyeron: Leonidas Iza, Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE); Brigitte Escobar, Cuiracua (Guardia Indígena) de la Reservación Buenavista; Alexandra Narváez, Líder A’i Cofán, Guardia Indígena de Sinangoe y Ganadora del Premio Goldman; Lizardo Cauper, Coshikox, el Concilio Shipibo Konibo Cetebo; Evaristo Wajai – Nacionalidad Wampis; Robert Molina – Punta de Lanza y Guardia Indígena del Pueblo Kokonuko; Hember Cucuñame – Coordinador del Programa Defensa de la Vida y los Derechos Humanos del Concilio Regional Indígena del Cauca.
Foto: Luisana Aguilar
Conservación de la diversidad biológica y cultural de Pastaza ante la licitación de los bloques petroleros de la zona suroriental como parte de los indicadores para alcanzar las metas del Marco Mundial sobre Biodiversidad (zona azul)
La provincia de Pastaza en la Amazonía Ecuatoriana es la selva tropical mejor conservada del país, con 85% de su tierra designado como territorio indígena, hogar para siete naciones indígenas: Andwa, Kichwa, Shuar, Achuar, Sapara, Shiwiar, y Waorani. No obstante, muchos bloques petroleros asignados por el gobierno se sobreponen con estos territorios indígenas, presentando una amenaza directa a la rica biodiversidad de la región y a la supervivencia de los pueblos indígenas.
Los conferenciantes destacados incluyeron a: Daniel Dagua, líder de la Nacionalidad Andwa; Luis Enqueri, líder Waorani (OWAP); Milton Calleras, Presidente de la Coordinadora Binacional de la Nacionalidad Achuar de Ecuador y Perú (COBNAEP); María José Andrade, líder de CONFENIAE; Domingo Ankuash, líder Shuar leader y president de FICSH; y Javier Palummo, Ponente sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (ESCR) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (IACHR).
Foto: Ribaldo Piaguaje
La Gran maloca amazónica desde la cosmogonía de los pueblos originarios: espiritualidad y defensa del territorio (zona verde)
Las dinámicas social y espiritual no solo están conectadas con bosques de biodiversidad floreciente en sus territorios, sino que pueden ser adoptadas como directrices filosóficas y prácticas para las sociedades industriales occidentales para cambiar sus hábitos de consumo destructivos.
Los presentadores destacados incluyeron a: Justino Piaguaje, líder Siekopai; Mario Erazo Yaiguaje, líder Siona; Neil Encinas del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis; Miguel Evanjuanoy e Irma Mojomboy del pueblo Inga y la Unión de Médicos Indígenas Yageceros de la Amazonía Colombiana (UMIYAC).
Foto: Ribaldo Piaguaje
Recuperando y saneando territorios indígenas para la protección eficaz de la vida: Autodeterminación indígena frente al despojo de la conservación estatal (zona verde)
En Suramérica, muchos parques nacionales están sobrepuestos a territorios indígenas, muchos de los cuales fueron declarados unilateralmente por los Estados sin consulta o consentimiento previos. Por toda la alta Amazonía, los pueblos indígenas están luchando por recuperar sus territorios ancestrales a través de litigación estratégica, cartografía, narración de historias y organización sobre el terreno. La seguridad legal y la titularización de los territorios indígenas es esencial para empoderar y fortalecer la gobernanza territorial y el ejercicio de la autodeterminación de los pueblos indígenas sobre sus territorios ancestrales; adicionalmente de garantizar su supervivencia física y cultural y efectivamente combatir la deforestación y la destrucción de la biodiversidad en el mundo.
Entre los presentadores más destacados estuvieron: Leonidas Iza, presidente of CONAIE; Camilo Huamoñi, líder territorial de CONFENIAE; Marisol Garcia de la Federación de Pueblos Indígenas Kechwa Chazuta Amazonas (FEPIKECHA); Justino Piaguaje, Líder Siekopai; Samuel Pinedo del Pueblo Kichwa de San Martín; Elisa Marchi, profesora en la Universidad de Arizona y anterior consejera ante el Ponente de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas.
Además, participamos en eventos de otras organizaciones respecto a vincular la protección de la biodiversidad con las consecuencias del cambio climático, como primera audiencia pública de la Investigación parlamentaria global sobre el progreso de la eliminación gradual de los combustibles fósiles en la Amazonía, organizada por la Red Global Parlamentarios por un Futuro Libre de Combustibles Fósiles (PFFF), en el que se mostró la obligación de hacer una moratoria a las actividades extractivas para proteger la biodiversidad, y tomar en cuenta las afectaciones derivadas del conflicto armado y crimen organizado, y el riesgo para vida e integridad de líderes y defensores.
También participamos en la charla “Lecciones y visión sobre resiliencia cultural y la protección de la biodiversidad de los territorios indígenas con herramientas digitales” organizado por Awana Digital, en la que compartimos cómo se implementa la combinación de los conocimientos ancestrales con la tecnología para la defensa de los territorios indígenas.
Foto: Ribaldo Piaguaje
Avances y Deficiencias de la COP16
Al llegar a la clausura COP16 a su clausura en noviembre 1 de 2024, se hicieron anuncios significativos con relación a las discusiones respecto al Artículo 8J, resaltando el papel de los territorios indígenas como áreas protegidas esenciales para la conservación de la biodiversidad. Adicionalmente, se propuso la creación de un ente subsidiario para facilitar la colaboración entre los pueblos indígenas y los gobiernos estatales sobre las acciones y metas de la Convención.
Sin embargo, permanecen algunos retos críticos. En primer lugar, debe haber mejoras en los niveles de participación e influencia indígena, y lo que es más importante aun, en los asuntos de toma de decisiones que atañen a los territorios, yendo más allá de las decisiones que son controladas unilateralmente por los gobiernos estatales. En segundo lugar, se necesita un diálogo más efectivo entre las organizaciones internacionales, el secretariado de la Convención, y las comunidades y naciones indígenas, asegurando un monitoreo periódico y completo del progreso y los reveses que ocurren diariamente en los territorios.
El funcionamiento estructural de la COP continuó siendo el mismo, una zona azul, alejada, poco inclusiva, con grandes dificultades para que las voces de los territorios sean escuchadas, y un largo camino por recorrer respecto a lograr y garantizar ser parte de los espacios decisorios, que siguen estando en mano únicamente de los Estados, desconociendo los derechos, autonomía, autodeterminación y apuestas de los pueblos indígenas en sus territorios.
Foto: Ribaldo Piaguaje
Como dice el líder Siekopai Justino Piaguaje, “Los espacios de los pueblos indígenas y los delegados de los países no pueden ser paralelos, deben estar unificados. El mundo necesita entender que los territorios indígenas son vitales para la conservación de la biodiversidad gracias al liderazgo de los pueblos indígenas. Nuestra forma de vida, nuestra espiritualidad y nuestras formas de gobernanza es lo que mantiene a los bosques en pie y a la biodiversidad prosperando. No solamente estamos cuidando y protegiendo a la naturaleza, existe una interdependencia real entre la naturaleza, nuestras culturas y sociedades y nuestras formas de vida, y esto es lo que la comunidad global necesita entender con el fin de restaurar el equilibrio en el mundo.”
En general, la cumbre se quedó corta en alcanzar el progreso necesario para reversar la pérdida de la biodiversidad. En última instancia, los acuerdos fueron diseñados y las decisiones tomadas sin escuchar a los pueblos indígenas. Como lo expone la líder A’i Cofan Alexandra Narvaez, “La gente viaja desde lejos para venir aquí y hablar de biodiversidad y de los territorios indígenas sin incluirnos a nosotros en la conversación. Y toman decisiones que no cumplen.” El abogado y defensor de derechos humando de Amazon Frontlines, Jorge Acero, añade: “aún hay por adelante una batalla crucial para garantizar la inclusión de los valores, las voces y las propuestas indígenas en estos espacios globales de toma de decisiones.”
Foto: Ribaldo Piaguaje
He aquí nuestras conclusiones sobre las deficiencias críticas de la COP16:
- Los estados no avanzaron tomando la decisión de reconocer a los territorios indígenas como formas de conservación, e incluirlos como indicadores del cumplimiento del Marco Mundial. Esta falla le permite a los Estados el perpetuar un enfoque colonial y racista para la conservación, enfocado en la creación de áreas protegidas o parques nacionales que con frecuencia violan los derechos indígenas. Ello ignora fundamentalmente la tenencia y propiedad de la tierra, la gobernanza y las formas de vida indígenas, elementos que son esenciales para la protección efectiva y la conservación de la biodiversidad dentro de esos territorios.
- No se discutió sobre la vinculación entre cambio climático y biodiversidad, ni se mencionó la deforestación por las actividades extractivas, y la destrucción que deja el conflicto armado, y la falta de garantías para los pueblos indígenas transfronterizos.
- No se llegó a consenso sobre mecanismos de financiamiento que permita acceder de forma directa a los pueblos indígenas.
- Los estados que más contaminan–en primer lugar, China, Estados Unidos, India, la Unión Europe y Rusia– se negaron a redoblar esfuerzos para proteger la biodiversidad.
- Una lógica de mercantilización de la naturaleza avanza a costa de los pueblos indígenas que habitan en armonía con ella. Pese a las conexiones claras entre la extracción de combustibles fósiles, la pérdida de la biodiversidad, y la violación de los derechos indígenas, la eliminación de la extracción de combustibles fósiles fue excluida del texto final de las negociaciones.
Como comunidad global, estamos fallando en confrontar la crisis de las extinciones masivas, lo que se encuentra entrelazado profundamente con las crisis de deforestación, cambio climático, ataques a los defensores territoriales, la pérdida de territorios indígenas y la erosión cultural y de autonomía territorial indígena.
Más allá de las diplomacias internacionales y el lavado de imagen de gobiernos y corporaciones internacionales; nos queda seguir resistiendo en los territorios, revitalizando los saberes ancestrales, fortaleciendo la guardia indígena, formando líderes indígenas para ir a esos espacios internacionales y tensionar los discursos que legitiman e invisibilizan las violencias.
Escrito por Amazon Frontlines y el equipo representante ante la COP16 de Defensa Territorial Indígena de la Alianza Ceibo: Punta de Lanza, que trabaja de la mano con los Guardias comunitarios y las autoridades para asegurar la supervisión indígena de los procesos de defensa territorial indígena y une el liderazgo a través de todos los territorios.