Ayer, Jane entregó una carta al consulado ecuatoriano en Los Ángeles, instando al máximo tribunal de Ecuador a defender los derechos del pueblo Waorani. Lo mismo hizo ayer Wiña, quien ha viajado desde su tierra natal hasta Quito para defender el derecho de su pueblo a ser escuchado en un caso histórico.
QUITO / LOS ÁNGELES, 14 de mayo de 2025.- Ayer, en un único y conmovedor acto paralelo de resistencia, dos respetadas mujeres de lados opuestos del mundo, la actriz y activista ganadora del Oscar Jane Fonda y la lideresa Waorani Wiña Omaca Boyotai, transmiten el mismo mensaje urgente a las más altas autoridades de Ecuador: escuchen y respondan a los Pueblos Indígenas que protegen la Amazonía.
Jane Fonda, de 87 años, entregó ayer una carta al consulado ecuatoriano en Los Ángeles en nombre de Amazon Frontlines y decenas de simpatizantes de todo el mundo. La carta exige que la Corte Constitucional de Ecuador escuche a la delegación Waorani, que ha viajado durante días desde la selva tropical hasta la capital, Quito, para asegurarse de que el más alto tribunal de su país les escuche. Casi al mismo tiempo, Wiña Omaca Boyotai, pikenani -sabia guerrera- y líder espiritual del pueblo Waorani, también de la misma edad, encabezaba una marcha de más de 120 miembros de su comunidad por las calles de Quito hasta la puerta de la Corte, decidida a hacer oír su voz.
Este momento es más que un llamamiento jurídico, es un punto de inflexión en una lucha a escala continental por la justicia climática y la soberanía indígena. En toda la cuenca del Amazonas, la consagración en las constituciones nacionales del derecho de los pueblos indígenas a decidir lo que ocurre en sus territorios podría cambiar las reglas del juego para el futuro de la selva tropical y del planeta. Los estudios científicos demuestran sistemáticamente que las tierras gestionadas por los indígenas son las barreras más eficaces contra la deforestación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.
Sin embargo, estas mismas comunidades se enfrentan ahora a un último asalto de poderosos intereses petroleros y mineros, ayudados por gobiernos cómplices y vacíos legales. El Tribunal Constitucional de Ecuador tiene la oportunidad de sentar un precedente histórico que tenga eco más allá de sus fronteras, reconociendo que los defensores de primera línea de la Amazonia son también sus legítimos administradores. A medida que se agrava la crisis climática y las industrias extractivas se adentran en zonas cada vez más remotas, escuchar las voces indígenas no es sólo una obligación legal, sino un imperativo planetario.
La carta que llevan está firmada por más de 80 personalidades de todo el mundo, entre ellas artistas de renombre como Mark Ruffalo, Cate Blanchet, Gillian Anderson, Emma Thompson y Lupita Nyongo, defensores de los derechos humanos y organizaciones internacionales. En ella se hace un llamamiento a la Corte Constitucional de Ecuador para que defienda el derecho de los pueblos indígenas al consentimiento libre, previo e informado sobre cualquier proyecto extractivo en sus tierras ancestrales, derechos consagrados en la ley, pero ignorados habitualmente en la práctica.
“Jane se emocionó hasta las lágrimas cuando conoció a Wiña en la Amazonía ecuatoriana el pasado mes de marzo”, declaró Mitch Anderson, Director Ejecutivo de Amazon Frontlines. “Dos mujeres, ambas ancianas, ambas guerreras a su manera, unidas por la misma causa. Vidas diferentes, pero la misma lucha”.
Se espera que a lo largo del día de hoy se publiquen fotos y vídeos de Jane y Wiña entregando la carta, lo que ofrecerá una poderosa declaración visual de solidaridad intercontinental. En un mundo a menudo dividido por la política y la geografía, estas dos mujeres muestran cómo son el propósito común y la claridad moral.
“No se trata sólo de Ecuador”, dijo Fonda. “Se trata de proteger los pulmones del planeta, y de respetar a las personas que lo han salvaguardado durante milenios”.
Los Waorani y sus aliados piden a la Corte que dicte una sentencia que siente precedente en el expediente 1296-19JP, un caso con amplias implicaciones para la soberanía indígena y la protección ecológica, especialmente ahora que el gobierno ecuatoriano sigue adelante con una nueva y controvertida subasta de petróleo en el sur de la Amazonia.
Mientras Wiña camina hacia la Corte en Quito, y Jane hacia el consulado en Los Ángeles, el mensaje es claro: el mundo está mirando, los ancianos están liderando, y los derechos indígenas deben ser respetados.