Las elecciones presidenciales de 2025 en Ecuador no son cualquier elección. Nos jugamos el futuro de la Amazonía, de los pueblos indígenas que la han protegido durante siglos, de los derechos colectivos que están en riesgo ante un modelo de gobierno que impone el extractivismo como la única ruta de desarrollo; y esencialmente el futuro del país y el clima global. La mayoría de los candidatos, incluido el hoy presidente Daniel Noboa y Luisa González, proponen más explotación petrolera y minera; y hay un solo candidato, Leonidas Iza, parte y lider del movimiento indigena, que defiende una propuesta de gobierno de construcción colectiva que pone en el centro la defensa de la vida, a la Amazonia y otros territorios diversos y en riesgo, así como también la soberanía de los pueblos, nacionalidades y colectivos en situación de riesgo y exclusión.
Este plan de gobierno, legitimado por el movimiento indigena, no deja dudas: su compromiso con la Amazonía es absoluto. Años de lucha y exigibilidad de derechos lo constatan. Como representante del movimiento, Iza ha dicho fuerte y claro: “No a la minería a gran escala. No a la expansión petrolera. Sí a la consulta previa, libre e informada”. Desde Amazon Frontlines lo hemos denunciado antes: el extractivismo ha significado despojo, contaminación, destrucción de bosques y graves violaciones de derechos humanos y colectivos. Y, sin embargo, Daniel Noboa, como presidente y como candidato, expresa su plan de profundizar este modelo. Noboa en su primer año de gobierno como presidente actual de Ecuador, ha promovido la industria petrolera y minera en el extranjero, sin consultar a las comunidades afectadas, impulsando rondas petroleras como la del Suroriente y favoreciendo la expansión minera con el argumento del “crecimiento económico”. El resultado: más destrucción, más conflictos sociales y más violencia y persecución contra quienes defienden sus territorios.
Luisa González, la candidata de la Revolución Ciudadana, tampoco ofrece una alternativa real. Aunque menciona el combate a la minería ilegal y la necesidad de regulaciones, su partido tiene un historial claro: fue el expresidente Rafael Correa quien promovió la primera mina a gran escala en la Amazonía y abrió el bloque 43-ITT del Yasuní.
El candidato Iza se formó en el movimiento indigena, en los procesos de lucha de su comunidad y su organización de base y conoce a profundidad las realidades y necesidades de los pueblos indígenas y comunidades de todas las regiones.
Su plataforma política es clara:
“Es fundamental que la voz de las comunidades sea escuchada y respetada. No habrá más proyectos extractivos sin la aprobación de los pueblos indígenas. La Amazonía no es una zona de sacrificio”.
El futuro de la Amazonía y nuestro planeta depende de su protección y la protección de otros territorios afectados por el avance del extractivismo, así como del respeto a los derechos colectivos y de la naturaleza. Mientras la mayoría de los candidatos sigue apostando por la expansión petrolera y minera, sin considerar los impactos en la naturaleza y en los pueblos indígenas, existe un plan donde los derechos colectivos se respeten, donde la Amazonía y otros territorios gravemente amenazados por el despojo y el extractivismo sean protegidos y donde el Ecuador avance hacia una economía post-extractivista.
El 2025 marcará un punto de inflexión: o seguimos el camino de destrucción que representa el extractivismo o se apuesta por una alternativa real que ponga la vida pluricultural y diversa, los derechos y la naturaleza en el centro.
La Amazonía merece protección, respeto y justicia.