Estimados jueces,
Estamos ante un momento histórico. Ustedes hoy tienen nuestra existencia en sus manos. Las decisiones que tomen directamente afectarán la pervivencia de nuestro pueblo. Queremos explicarles en breve por qué es indispensable nuestro territorio ancestral para nosotros como pueblo Siekopai, y por qué la justicia tiene que responder ya a las violaciones prolongadas a nuestros derechos colectivos.
Ante la crisis política sin precedentes que enfrentamos en Ecuador, también queremos resaltar nuestra profunda preocupación. Desde ahora y durante los próximos meses, cuando el presidente Guillermo Lasso gobierne vía decreto, corremos el riesgo de que se socave la democracia de nuestro país; pero también corremos el riesgo de que se favorezcan intereses económicos que además violen derechos colectivos y amenacen a los territorios indígenas como nunca antes. Los sectores más vulnerables de nuestro país, y en particular, los pueblos y nacionalidades indígenas, serían los primeros en verse afectados. Nunca ha habido un momento más importante para defender y proteger los derechos y territorios de los pueblos indígenas.
Pëkëya, o Lagartococha, es nuestro hogar ancestral. Es el lugar donde están enterrados los huesos de nuestros ancestros, la puerta de entrada a los otros mundos y la cosmovisión Siekopai, es el lugar donde nacieron nuestros abuelos y abuelas, como el abuelo Cesario Piaguaje, nuestro querido abuelo-chamán que falleció hace unas semanas, que luchó toda la vida para volver a su sitio de nacimiento. Todos nuestros abuelos nos enseñaron el valor de este sitio sagrado: solo aquí, en el corazón de nuestro territorio ancestral, podemos seguir la transmisión de nuestra cultura a las siguientes generaciones. Solo en el territorio Pëkëya, lejos del ruido de la industria y la ciudad, podemos desarrollar nuestros conocimientos, seguir tomando yagé, y mantener la esencia de nuestra cultura – seguir siendo Siekopai.
Somos un pueblo con alrededor de 823 habitantes, con una cultura propia, un idioma propio, un tejido de sabidurías propias, sistemas de conocimiento propios, con fórmulas de diálogo con la naturaleza que hemos heredado de nuestras abuelas y abuelos. Pero hoy en día, como nación Siekopai, nos enfrentamos a la extinción cultural. Amenazados por el extractivismo, por una mala aplicación del sistema de educación, y por un gobierno que no respeta nuestro derecho a recuperar nuestro territorio, nuestro pueblo está al borde de un giro, la desaparición como cultura.
Esta lucha atraviesa muchas generaciones. Nuestros abuelos empezaron la lucha, y nosotros la hemos continuado. Llevamos sufriendo más de 80 años para poder vivir en nuestro territorio de Pë’këya sin el miedo y temor de ser violentados. Gente extraña nos esclavizó y sacó del territorio, y una guerra ajena a nosotros nos desplazó y tuvimos que huir para no ser exterminados.
Después de muchos años donde abuelos como Cesario buscaban regresar a su territorio de origen, nosotros en 1993 y 1995 empezamos a visibilizar más nuestra lucha para recuperar Pëkëya. Nuestra intención fue de retornar pero como estaban en pleno conflicto, nadie nos hizo caso. En 1998, cuando se llega a un acuerdo de paz, nos decían que ya ahora sí ya pueden regresar a su territorio. Entonces la gente estaba muy emocionada y quería trasladarse para allá instalar su comunidad y todo, pero nos encontramos con la sorpresa de que el territorio era manejado por el Ministerio del Ambiente (en esta época se llamaba el Instituto Nacional de Áreas Protegidas). No se consiguió el reconocimiento a pesar que hicimos peticiones formales. Entonces aquí empieza toda una lucha. Nosotros empezamos a tratar de regresar a nuestro territorio, restableciendo comunidades y chacras que luego eran destruidas, no hemos declinado en el intento para que nos reconozcan nuestro derecho para regresar. Pero no recibimos ninguna respuesta.
Desde ahí hemos hecho todo para ofrecer toda la evidencia para nuestra lucha en un lenguaje para las autoridades del Estado: empezamos a realizar un mapa de los sitios sagrados, los nombres de los ríos, los caminantes ancestrales, las lagunas con denominaciones de nuestros idiomas y todo. Hicimos un estudio antropológico y etnográfico. Esperamos al Ministerio del Ambiente por cinco años, pero entre cuatro cambios de ministros, y procesos burocráticos, no se hizo nada. Finalmente planteamos la acción judicial, la acción de protección, pero nos hemos encontrado con otra muralla.
Aunque Ecuador es en principio un estado plurinacional e intercultural, el tema de la interculturalidad no se tiene en cuenta por la justicia. No se tiene en cuenta a las naciones indígenas, al poder colectivo de las comunidades. Para ofrecer un ejemplo entre muchos, nos han pedido que una sola persona represente esta acción colectiva, pero esto desconoce las lógicas y las formas de autogobierno de los pueblos originarios, entonces ahí nos dimos cuenta que no estaban en la línea de este pluralismo jurídico. Hasta la infraestructura y espacio físico del sistema de justicia en Ecuador no está diseñada para pensar en un poder colectivo; nos ofrecían cuartitos para ocho personas, y no una asamblea colectiva donde quepamos 200 personas para dialogar entre autoridades indígenas y autoridades del Estado.
El sistema judicial tiene que descolonizarse. Siguen enquistados los principios del colonialismo; el poder colonial, el alma del colonialismo, sigue siendo vigente. Ojalá ahora los jueces entiendan y reconozcan nuestro territorio, por la urgencia de nuestras amenazas, por los pedidos de nuestros abuelos, por el deber de reparar la violencia colonial.
Hay que resolver esto ya. Estimados jueces: ustedes tienen una oportunidad única de afrontar una injusticia histórica. Dependiendo de lo que hacen, pueden decidir: donde rescatan a los Siekopai – o donde entierran a los Siekopai. Tienen esa responsabilidad los jueces de segunda instancia de esta Corte.
Nosotros no solo estamos luchando por un pedazo de tierra. Está en juego toda la vida de los Siekopai, las futuras generaciones de los Siekopai. Están en juego los derechos de la naturaleza, porque en Pëkëya están los espíritus de la selva. Está en juego toda esa relación de equilibrio entre los Siekopai y otros seres. Si no recuperamos Pëkëya, no tendremos el vínculo espiritual entre las nuevas generaciones y los seres no humanos.
Está en juego el mundo acuático de Pëkëya, un reino de agua, que ha sido conservado y protegido por las manos de los Siekopai. Y con el cambio climático, está en juego el tejido global de la vida, todos los mundos en los cuales vivimos.
Pëkëya es un centro de nuestro mundo. Pedimos garantizar nuestra existencia, que es garantizar la conexión de los Siekopai con el territorio, la conexión del agua con la selva, con las hojas, con las raíces, con los pájaros y con los espíritus. Todo el tejido de relaciones que a veces quizás desde el mundo occidental no tiene sentido pero que nosotros sabemos es lo que sostiene al mundo.
Estimados jueces, espero que puedan escucharnos, que puedan evaluar todas las evidencias científicas y antropológicas que hemos presentado, que puedan entender la profundidad de la conexión ancestral entre nuestro pueblo y el territorio de Pëkëya. No contribuyan a nuestra desaparición; tomen la decisión correcta para devolvernos nuestros derechos y proteger la historia de nuestro futuro.
Nos adherimos en apoyo y solidaridad, las siguientes organizaciones de la sociedad civil:
- 350.org
- Acción Ecológica
- Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos del Ecuador
- Amazon Frontlines
- Amazon Watch
- Asociación Interétnica de Desarrollo de la Amazonía Peruana
- Attac France
- Bambuvid arte y Artesanias
- BOLENA
- Camunamdi
- CEDENMA
- Cedhu
- Colectiva de Antropologas
- Comisión Ecuatoriana de Justicia y Paz.
- Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC-RD
- Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos
- Consultoria Jurídica CAJAMARCA
- Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA
- Cultural Survival
- Digital Democracy
- Equipo Misionero Itinerante de Riobamba
- Federación de Mujeres de Sucumbíos
- France Amérique Latine – FAL
- Fundación ALDEA
- Fundación de Mujeres Luna Creciente
- Instituto de Defensa Legal
- Kako Earth
- Land is Life
- Leave it in the Ground Initiative (LINGO)
- Nia Tero
- OMASNE
- One Earth
- Organización Indígena Secoya de Perú – OISPE
- OWAP (Organización Waorani de Pastaza)
- Rainforest Action Network
- Rainforest Foundation
- Rainforest Fund
- RAVEN – Respecting Aboriginal Values and Environmental Needs
- Reacción Climática
- RED ECLESIAL PANAMAZÓNICA ECUADOR
- Red Nacional de Pastoral Ecológica
- Surkuna
- SustainUS
- The Fire These Times
- Tipping Point UK
- Unión de Afectados Por Texaco UDAPT
- Ursulina de Jesús
- Vicariato de Aguarico
- War on Want
- Women’s Earth and Climate Action Network
- YASunidos