Agosto 20, 2024 – Hoy se cumple el primer aniversario de una de las victorias más significativas para el movimiento climático en la última década, cuando millones de votantes de la nación suramericana del Ecuador votaron abrumadoramente por detener la perforación petrolera en el Parque Nacional Yasuní de la Amazonía, uno de los lugares más biodiversos en la Tierra. Hasta la fecha, el gobierno del Ecuador ha fallado en respetar la voluntad democrática del pueblo y en cumplir con la fecha límite para que Petroecuador, la petrolera manejada por el Estado, cese actividades petroleras en Yasuní, cierre los pozos, desmantele la infraestructura y restaure la zona.
El controversial proyecto petrolero Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT) ubicado en el límite oriental del Parque Nacional Yasuní produce actualmente más de 57.000 barriles de crudo por día, aproximadamente 12% de la producción petrolera del Ecuador.
De manera muy similar a la de sus predecesores, el presidente del Ecuador, Daniel Noboa ha promovido desde el inicio de su período políticas neoliberales que favorecen a los intereses petroleros y mineros, y ha traído una fuerte militarización de la sociedad ecuatoriana en respuesta a la crisis de seguridad y económica en profundización. En enero de 2024, Noboa anunció la necesidad de una moratoria sobre la sentencia Yasuní, alegando que un estado de “conflicto interno armado” justificaba la necesidad de continuar perforando por petróleo. En una movida para tomar mayor control, Noboa emitió un decreto ejecutivo para establecer un comité que supervisara la implementación del referendo y el desmantelamiento de la concesión petrolera en mayo de 2024. No obstante, el decreto falla en entregar un plan de acción claro para la salida de la industria petrolera del Yasuní, además de excluir la participación indígena en su comité.
A medida que la crisis climática se intensifica alrededor del mundo y la selva amazónica se acerca rápidamente a un punto de inflexión irreversible, el incumplimiento del Ecuador con la victoria Yasuní resalta aún más las insuficientes acciones de los gobiernos mundiales para cumplir con sus compromisos climáticos. Así mismo, amenaza promesas hechas por el gobierno en el Acuerdo de París y la meta para llevar a cabo la transición hacia la eliminación del uso de los combustibles fósiles, acordada por cerca de 200 países durante la cumbre climática COP28 en Dubái el año pasado.
La votación sobre el Yasuní fue la primera vez que un país en el mundo determinaba los límites a la extracción de recursos a través de un referendo, y demostró un cambio en la opinión pública hacia la industria petrolera, la cual ha causado un importante daño ambiental y a los derechos humanos por toda la región amazónica durante más de medio siglo. Ubicado en la intersección de los Andes, la Amazonía y la Línea Ecuatorial, la selva tropical del Yasuní ostenta más especies de plantas y animales que Estados Unidos y Canadá juntos, muchos de los cuales son endémicos de esta zona. Es también el hogar de dos de las últimas comunidades indígenas del mundo que viven en aislamiento voluntario, cuya supervivencia está gravemente amenazada por las actividades extractivas y deforestación circundantes.
Pese a haber sido el primer país del mundo en consagrar los Derechos de la Naturaleza en su Constitución, el Ecuador tiene una trayectoria alarmante de hacer caso omiso de las sentencias jurídicamente vinculantes en casos que han marcado hitos para la protección de la selva, siendo la victoria Yasuní un ejemplo entre varios más. Los casos no resueltos incluyen al pueblo Waorani de Pastaza y al pueblo Kichwa de Sarayaku, quienes ganaron batallas ante la industria petrolera y a la comunidad A’i Cofán de Sinangoe, quienes triunfaron ante los intereses de la minería del oro.
Pueblos indígenas del Ecuador y organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil alineados con el movimiento han jurado luchar en contra de las agravantes amenazas que se ciernen sobre sus territorios y derechos. A final de agosto, la organización política del pueblo Waorani (NAWE) estará celebrando un notable evento de dos días para organizar estrategias para defender y hacer cumplir la victoria Yasuní.
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