Emeregildo Criollo pone toda su sabiduría de abuelo A’i Cofán en el proceso de educación propia de la comunidad de Sinangoe, descubriendo en el camino sus desafíos y las posibilidades. Emeregildo es cauto, sueña con un futuro con educación de calidad para las niñas y los niños, pero sabe que esta iniciativa impulsada por Alianza Ceibo y Amazon Frontlines, es un plato que se cocina lento.
Q: ¿Cuál fue la educación que usted recibió en su niñez y cómo influyó en su vida?
A: Yo en el año 1973 estudié en el Instituto Lingüístico de Verano – ILV. Ellos me enseñaron a leer y escribir en propio idioma, en a’inge. Yo estudiaba para aprender en español pero sólo aprendí – buenos días, buenas tardes, ¿dónde te vas ?-. Pero en el año 1993 ya tenía como 28 años, me eligieron a mí como presidente de la comunidad, en ese entonces llegó la compañía Maxxus para sacar petróleo cerca de nosotros, pero yo no podía ni cómo negociar con ellos, y me seleccionaron a mí para que yo vaya a estudiar a Estados Unidos para aprender en español e inglés. Fuí a Boston, allí pasé 21 días aprendiendo, de ahí ya vine hablando más o menos y hasta ahora hablo más o menos en español.
Q: ¿Cómo aportó, o de ser el caso, cómo afectó la educación que proporcionó el Instituto Lingüístico de Verano, a su cultura y a su persona?
A: Para mí como persona no me afectó, me ayudó bastante porque me enseñaron a escribir en mi idioma, estudié un año para ser promotor de salud, también nos enseñaron a hacer crianza de pollos, cuidar ganado, tener huertos familiares y todo eso.
Pero a nivel cultural, ellos son evangélicos, vienen a evangelizar y nos decían que no se puede tomar Yoko ni Yagé, porque esa bebida no es cristiana, es satánica y por eso la gente dejaron de tomar, pero quienes no son evangélicos sí lo toman todavía.
“Tenemos que buscar cómo enseñar para que los niños aprendan a leer y escribir en el propio idioma y en español también, eso es lo que estamos buscando, pero todavía falta porque la educación no se resuelve al siguiente día y ya, lo estamos buscando poco a poco”.
Emeregildo participa en un taller de tejido en la comunidad A’i Cofán de Sinangoe. Foto: Amazon Frontlines
Q: ¿Cuál es la diferencia entre la educación que recibió por parte del ILV y la educación propia?
A: La educación propia viene desde la familia y son las prácticas que tenemos los cofanes. Mi abuela fue completamente mi profesora, ella me enseñó a tejer canastas, con ella aprendí dónde puedo conseguir materiales, qué tamaño de tiras tengo que partir, para qué tamaño de canasta tengo que hacer, cuántas tiras tengo que tener, me enseñó primero la canasta y luego me enseñó a tejer shigra, eso es lo más difícil porque ella misma me lleva al monte para buscar Chambira, cortamos Chambira, llegamos a la casa y sacamos fibra, ella cocinó la fibra de Chambira, la dejó tres noches y tres días al sol para que se blanquea la fibra y así me enseñó el proceso, después dividir la fibra y después hilar, cuando termina de hilar, ya empieza para tejer y ahí aprendí a hacer Shigra. Así mismo ella contaba que nosotros tenemos que tener limpio alrededor de la casa, y entonces ella dijo que para tener casa limpia tiene que tener escoba, y ella nos enseñó a tejer escoba y para barrer alrededor de la casa, así hemos aprendido como educación propia, no escrito, sin letras, solamente así en práctica, eso es la educación propia.
Q: Y esa es la que uno no aprende en la escuela común ¿eso se refiere a la diferencia entre escuela tradicional y educación propia?
A: Sí, la diferencia es porque cuando ya hay profesor los niños no aprenden de la familia. Cuando éramos niños fuimos a la escuela para aprender allá, pero no hacer prácticas de tejer shigras, tejer canastas, solo para saber leer, escribir, matemática, la construcción de la escuela, eso fue lo que cambió la educación hispana, pero no en la práctica en la familia, el idioma no se cambió, porque dentro de la comunidad mismo aprendimos.
Q: ¿Cómo se ha venido trabajando la propuesta de educación propia en las comunidades?
A: Venimos trabajando más de un año en la comunidad A’i Cofán de Sinangoe, porque hicimos diagnóstico con los padres de familia en toda la comunidad para saber si las y los niños están aprendiendo en su propio idioma o si ya lo están dejando, porque la mayoría de los niños casi no hablan en a’ingue, sino en español. Encontramos que faltaba esto porque no tienen nada de práctica propia.
Ahora ya estamos haciendo tejido curricular para que las y los profesores mismos puedan aplicarlo, enseñar en el propio idioma. Estamos formando también, como a siete comisionados para que puedan trabajar con los profes para poner en práctica el tejido.
Q: ¿Existe un interés de que esta propuesta de educación propia se interrelacione con la educación tradicional?
A: Esa es mi idea. Tenemos que buscar cómo enseñar para que los niños aprendan a leer y escribir en el propio idioma y en español también, eso es lo que estamos buscando, pero todavía falta porque la educación no se resuelve al siguiente día y ya, lo estamos buscando poco a poco.
Q: ¿Por qué es tan importante mantener la lengua propia?
A: Nosotros siempre como comunidad sabíamos decir que los kukamas, los hispanos, no están intentando comunicar en nuestro idioma a’ingue. Nosotros – como locos – estamos tratando de aprender en español, porque sino ¿cómo nos podemos comunicar para defender sí la compañía ingresa a nuestro territorio?.
Q: ¿Cómo se vincula la propuesta de educación propia con la defensa del territorio?
A: En Sinangoe empezamos a trabajar la defensa territorial con los guardias indígenas. Hemos visto que los niños de la escuela también están interesado en aprender a ser guardias y estamos formando semillero de guardias, para que desde niños aprendan, participando y caminando en la selva, cuál es el trabajo de la guardia para defender su territorio.
Q: ¿Cuál cree usted que es el mayor desafío que tienen ustedes ahorita para implementar la educación propia?
A: Como desafío, lo que hemos visto en las comunidades es que los estudiantes de estas escuelas terminan su primaria y se quedan ahí, los jóvenes terminan su bachillerato y se quedan ahí, ahí se paraliza. Este es un desafío porque los padres, las madres, no tienen dinero para mandar sus hijos al colegio para que termine su bachillerato y siga adelante, eso es siempre es difícil en todas las comunidades.
Q: ¿Consideran que implementar este proceso de educación propia podría mejorar esa realidad?
A: Con educación propia sí se puede aprender todo de la cultura, pero para seguir como bachillerato y más adelante no sé, no se sabe todavía. Todavía es un proceso, tenemos que ir poco a poco, por eso ahora estamos buscando ayudar a los profesores también, a ellos también falta bastante porque tiene que mejorar para poder enseñar a los niños y por eso ahora estamos cogiendo como Siekopai y cofanes de Sinangoe para que ellos puede continuar su estudio para ser profesores.
Q: ¿Aspiran ustedes que este modelo que están ustedes estudiando trabajando y todo eso sea acogido por el Ministerio de Educación como un currículum válido?
A: El Ministerio de Educación tiene que saber lo que estamos haciendo, sino será de ganita. Nos estamos organizando para ir y presentar todo lo que estamos trabajando que incluye todo nuestro currículo.
“Nuestra esperanza es que las y los profes enseñen a los alumnos este currículo comunitario. Que toda la comunidad puede decir: así queremos que enseñen a nuestros hijos e hijas”
Q: ¿Por qué es importante que el Ministerio de Educación valide o conozca esto?
A: Nosotros directamente fuimos a Sinangoe a trabajar con las y los profesores, pero decían que sin autorización del Ministerio de Educación no podían participar en el taller que trabajamos para que puedan enseñar a las y los niños. Desde allí empezamos a solicitar al Ministerio que autorice que los y las profes puedan participar a los talleres, pero no hay respuesta, y si ellas y ellos abandonan las clases para ir 3, 4, 5 días para capacitarse, van a quedar multados porque no está autorizado por el Ministerio.
Q: Y los profesores ¿han tenido buena voluntad de participar o cuál ha sido la respuesta de los profesores y las profesoras para formar parte de estos talleres y aprender un poco más?
A: Trabajar con ellas al principio fue muy difícil porque nosotros no somos del ministerio, nosotros impulsamos esto desde la Alianza Ceibo y así casi no tiene interés de trabajar con nosotros en los talleres, pero poco a poco van entendiendo. Nosotros les hemos explicado que es para que mejore su enseñanza, que estamos tratando de ayudar, tener un currículo para que puedan aplicarlo. Ahora ya lo entendieron y ahora ya participan en los talleres.
Q: ¿Cuál es el resultado esperado de este proceso de educación propia con las y los niños?
A: Nuestra esperanza es que las y los profes enseñen a los alumnos este currículo comunitario, porque nosotros estamos trabajando esto con toda la comunidad, para que toda la comunidad puede decir: así queremos que enseñen a nuestros hijos e hijas, y eso queremos incluir al currículo para que los profes puedan aplicarlo con los niños.
Ese es nuestro resultado, porque tenemos el MOSEIB – Modelo del Sistema de Educación Intercultural Bilingüe – que lo dice todo, pero los profes de las escuelas no está aplicando, para que no queden así, en cada taller estamos hablando de esto.