Dos artículos científicos publicados recientemente por Amazon Frontlines están contribuyendo a un conjunto creciente de literatura académica, demostrando cómo y porqué los pueblos indígenas son los líderes cuando se trata de conservar la biodiversidad y defenderla contra el cambio climático. 

Los Pueblos Indígenas, un término unificador para una diversidad inmensa de culturas y valores, viven en todos los rincones del mundo. A través de la pluralidad de sus prácticas, entendimientos y relaciones con sus territorios, también resultan tener las claves para muchas de las crisis que estamos enfrentando. No solo sus territorios ancestrales se sobreponen con los paisajes de bosques intactos que aún quedan y con áreas claves de biodiversidad vibrante, sino que sus formas de vida, instituciones gobernantes y derechos territoriales contribuyen a que haya menores tasas de deforestación, almacenamiento aumentado de carbono y niveles más altos de biodiversidad, en comparación con territorios administrados ya sea por gobiernos o entidades privadas. 

Tal vez es adecuado entonces que los estudios científicos estén encontrando cada vez más, que los Pueblos Indígenas son los más efectivos en conservar la biodiversidad en comparación con las formas ‘occidentalizadas’ de conservación, tales como las áreas protegidas (es decir, los parques nacionales). La clave para esta efectividad es la relación íntima que las comunidades indígenas tienen con sus territorios y la diversidad incorporada dentro de su conocimiento ancestral. Esta relación integral comprende elementos de lo ‘espiritual’, histórico, y lo que es más importante, la conexión recíproca del día a día con la naturaleza (material e inmaterial) para satisfacer las necesidades básicas de vida, todo lo que fue adquirido durante miles de años de presencia ancestral y aprendizaje. El conocimiento de los paisajes y los ecosistemas, tales como los bosques, provee la base para esta conexión, generando su valor y consecuentemente, su protección. 

Esta relación, sistema de valores y conocimiento están representados a través de sus instituciones gobernantes: sistemas de interactuar, decidir y regular que aseguran que la armonía se mantenga entre la comunidad y los territorios vivos a los que llaman su hogar. A través de gobiernos autónomos, consejos y otros procesos habituales de toma de decisiones, las comunidades indígenas se reúnen para discutir y formular estrategias que les permiten adaptarse y responder a las amenazas que perciben y experimentan diariamente. 

Pese a vivir en las primeras líneas de la disrupción climática y las amenazas de las industrias extractivas, las comunidades indígenas continúan liderando las respuestas a las crisis ecológicas, en tanto que reciben poco o ningún apoyo financiero, y son activamente marginalizadas por las instituciones y políticas globales. Evidencias más que suficientes muestran ahora que esto tiene que cambiar, con financiación directa, derechos de tenencia y reconocimiento para los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, lo que representa las principales rutas para enfrentar efectivamente las crisis de la biodiversidad y climática.  

Tipología de los roles de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la conservación de la biodiversidad

Es esta realidad actual, de exclusión sistemática, pese al liderazgo ejemplar, lo que motiva nuestro trabajo como investigadores y coordinadores en Amazon Frontlines. Nuestro primer estudio, basado en cerca de 650 artículos científicos, estuvo guiado por dos preguntas principales: ¿Cómo están involucrados los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en la conservación? ¿Cómo contribuyen su influencia, su conocimiento y sus acciones a los esfuerzos de conservación?

Lo que encontró nuestra investigación fue que el éxito en la conservación está fundamentalmente ligado a la calidad y el nivel de involucramiento indígena. Cuando los Pueblos Indígenas son excluidos o están involucrados solo como participantes o grupos de interés, pueden encontrarse con que son incapaces de influenciar decisiones de gran importancia para sus vidas cotidianas. También pueden tener sus derechos violados, o que se les niegue  el acceso a territorios de importancia cultural. En estos casos, la mayoría de resultados ecológicos están lejos de ser efectivos e incluso pueden ser contraproducentes. 

En contraste, cuando los Pueblos Indígenas tienen mayor control y libertad para vivir de acuerdo con sus valores culturales (cosmogonía), el éxito ecológico va de la mano con mejores  resultados sociales. Las comunidades pueden vivir libremente y defender sus territorios de acuerdo con sus valores espirituales y culturales para vivir en armonía, fortalecer sus instituciones, compartir equitativamente los beneficios mejorando su calidad de vida, tanto individual como colectivamente. Estos hallazgos hacen eco a investigaciones previas, demostrando cómo los resultados positivos tanto para el bienestar colectivo tanto como para la conservación provienen de casos en los que los Pueblos Indígenas desempeñan un papel central en la toma de decisiones sobre la conservación. 

Evaluando 50 años de la ciencia de la conservación: Los sesgos en la producción de conocimiento y lecciones para la práctica

Fotografía: Nico Kingman

Nuestro segundo artículo publicado recientemente resalta otro asunto profundo en la ciencia de la conservación: la producción de conocimiento sobre conservación. Analizando la misma base de datos mencionada anteriormente, revelamos fuertes sesgos en la producción de conocimiento, lo que sugiere una dinámica de poder colonial persistente en la ciencia de la conservación, así como un importante potencial para conflictos de interés. Nuestros hallazgos muestran que la producción de conocimiento acerca del Sur Global es producida en gran medida por investigadores del Norte Global, que representan el 64% de los autores líderes. Adicionalmente, los asuntos de independencia son prevalentes en el 14% de todos los estudios científicos acerca de la conservación, esto suprime de manera crucial la clara relación que, por el contrario,  existe entre el liderazgo de los indígenas y las comunidades locales y la conservación exitosa. 

La producción de conocimiento científico puede ser extractiva e incluso desdeñosa del conocimiento indígena. La práctica de la conservación debe avanzarse, no sólo por razones morales, sino porque puede mejorar la efectividad de la conservación y esto se extiende a cómo se está produciendo el conocimiento de la conservación. 

El repensar la producción de conocimiento sobre la conservación requiere de que nosotros valoremos el conocimiento en sus formas plurales. El conocimiento ancestral con raíces en los territorios es lo que constituye la clave para los abundantes impactos positivos sobre el clima y la biodiversidad que ocurren dentro de los territorios indígenas alrededor del mundo. Esta es la razón por la cual la protección de los conocimientos ancestrales, la autonomía de las instituciones gobernantes y los territorios de los cuales ellos dependen está en la esencia de nuestro trabajo aquí en Amazon Frontlines. Salvaguardar el conocimiento ancestral indígena significa defender los derechos indígenas, reconocer y titularizar los territorios indígenas, proteger los sistemas tradicionales de educación, y asegurar la soberanía indígena en todas sus formas e instituciones gobernantes. 

El lograr todo esto es una lucha diaria, dadas las constantes amenazas extractivas a los territorios indígenas, y la exclusión continuada de los grupos indígenas de los espacios de políticas nacionales e internacionales. Entonces, ¿de qué manera se ve el retomar el control y contrarrestar estas asimetrías de poder en el espacio de la conservación?

Asimetrías de poder

Fotografía: Ribaldo Piaguaje

Nuestro trabajo en Amazon Frontlines refleja estos hallazgos en dos documentos de investigación. Por ejemplo, la Nación Siekopai y sus guardias indígenas activos están en el proceso de completar un estudio de fondo sobre la biodiversidad que entrelaza su conocimiento ancestral con metodologías científicas. Este estudio formará una base y una guía para sus procesos de gobernanza territorial, así como también creará un conjunto de reglas para cohabitar con la biodiversidad con la que ellos comparten sus territorios, y para coordinar acciones para asegurar que los impactos invasivos del mundo extractivo no causen discordias en su territorio. Este es un ejemplo de cómo las comunidades indígenas pueden aplicar una forma activa y efectiva de defensa territorial y conservación de la biodiversidad cuando sus instituciones gobernantes y sus derechos territoriales son respetados, mantenidos y practicados libremente bajo su autoridad cultural. 

Debemos pensar más allá de las expresiones en boga utilizadas en el espacio de la conservación, tales como “participación”, “basado en la comunidad” o “coadministración”. Estas puede que suenen bien, pero tienen connotaciones drásticamente diferentes cuando se refieren a los Pueblos Indígenas, especialmente cuando una comunidad o nacionalidad no posee un derecho territorial. Cuando escuchamos acerca de la participación indígena, necesitamos preguntarnos: ¿quién está participando en qué? ¿Quién está haciendo la participación, y quién está estableciendo la agenda que requiere participación? ¿Están participando los especialistas (biólogos, ecologistas, profesionales de la conservación) en una agenda indígena, o son los Pueblos Indígenas los que están participando en un proyecto ya predefinido por una agenda occidental?

En vez de participación, las organizaciones indígenas y las comunidades hablan de “gobernanza”. Gobernanza y administración no son la misma cosa. La administración incorpora las acciones necesarias para alcanzar ciertas metas u objetivos, mientras que la gobernanza incluye la toma de decisiones detrás del establecimiento de esos objetivos, quien las toma, cómo se toman, y bajo qué autoridad y legitimidad. Si una agenda es elaborada por una organización de conservación orientada por una misión con aspiraciones para proveer un camino en el que los Pueblos Indígenas puedan participar en su ejecución, esto en última instancia, no está apoyando la autonomía indígena para gobernar sus territorios ancestrales a través de sus instituciones, cosmogonía y autoridad. 

Nuestros dos nuevos artículos científicos, así como otros publicados anteriormente, van más allá y sugieren que la conservación es más eficaz, tanto para las personas como para la naturaleza, cuando los pueblos indígenas marcan la agenda, se encargan de la gobernanza y son reconocidos como líderes. La gobernanza funciona cuando está protegida por una serie de derechos como la soberanía territorial y la autonomía.

Ya es hora de que las implicaciones de la investigación global sean tomadas con seriedad por parte de las instituciones en todo el mundo, desde la academia hasta la política. Los estados acordaron el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, cuyo objetivo es aumentar la cobertura mundial de áreas protegidas y otras medidas eficaces de conservación basadas en zonas geográficas específicas hasta al menos el 30% para 2030. Esta meta, y los muchos otros acuerdos internacionales sobre cambio climático cuentan con el trabajo, conocimiento y experticia de las poblaciones indígenas. 

Un futuro seguro para todos nosotros en este planeta depende de si se ha de honrar y reconocer la gobernanza, los derechos y el conocimiento indígenas alrededor del mundo. Debemos desconfiar de las iniciativas de conservación que no apoyan los procesos políticos que involucran la autonomía territorial, gobernanza y titularización de territorios ancestrales.