por Amazon Frontlines /

diciembre 2022 /

Crónicas /

¿Qué se necesita para recuperar los territorios ancestrales de los que se fueron despojados sistemáticamente? ¿Y qué significa que la supervivencia cultural y física de un pueblo dependa de ello? La nación Siekopai (Secoya) de Ecuador, una pequeña nacionalidad de la Alta Amazonía Occidental, que cuenta con poco más de 800 habitantes, está lidiando con esa pregunta en este momento.

Pë’këya (Lagartococha), una red laberíntica de lagunas, arroyos lentos y bosques inundados, es el hogar ancestral y corazón espiritual de los Siekopai. En la década de 1940, durante una disputa fronteriza entre Ecuador y Perú, el área fue militarizada y los Siekopai fueron expulsados de ambos lados de la frontera, y luego se les impidió regresar cuando el gobierno ecuatoriano asumió la propiedad de Pëkëya al crear un Parque Nacional en el zona, en la década de 1970.

En un esfuerzo por recuperar el control de su territorio, los Siekopai decidieron llevar al gobierno ecuatoriano ante la Corte el pasado mes de septiembre, por no reconocerles como poseedores ancestrales de Pë’këya. En este caso, los demandantes son ancianos y ancianas, que buscan recuperar su centro espiritual y asegurar la supervivencia física y cultural para las generaciones futuras, jóvenes que buscan revitalizar su cultura, y niños y niñas que quieren aprender y crecer con un sentido de identidad y conocimiento Siekopai.

En enero de 2023, un juez provincial finalmente escuchará el testimonio oral de ancianos, ancianas, líderes y liderezas, jóvenes,  niños y niñas. También se presentarán mapas, evidencias arqueológicas e incluso pinturas que identifican a los Siekopai como los dueños ancestrales del área. Anticipándonos a la audiencia, compartimos las profundas perspectivas de los miembros de la comunidad. Tienen un mensaje claro para el juez, la Corte, el gobierno ecuatoriano y el mundo: Pë’këya es esencial para la supervivencia de los Siekopai, y el tiempo para que les devuelvan sus territorios está ya muy retrasado.

La voz de los abuelos

Roberto Piaguaje, 66 años

Pë’këya es un territorio amplio que empieza por el Putumayo, Napo y el Aguarico, toda esta área que fue habitada por nuestros abuelos. Sin embargo, el Ministerio del Ambiente y otros actores, que no son parte de este territorio, nos dejaron un pequeño espacio territorial que no garantiza nuestra existencia.

Pë’këya es el espacio donde nosotros podemos pervivir, allí están las palmas  para hacer las fibras de Chambira para hacer las hamacas y las shigras. En esa zona estuvieron los grandes sabios del yagé, nuestros grandes representantes, nuestros grandes bebedores. Nosotros siempre hemos venido luchando por nuestro territorio que es nuestro desde hace muchos años. Con documentación empezamos en los años 1990’s y 2000 y hasta ahora seguimos en esa lucha. Y si los abuelos, los jóvenes hacemos ahora todo todo ese esfuerzo, es para nosotros seguir viviendo como Siekopai. Por lo tanto, esta lucha no es solamente de los abuelos, es una lucha en conjunto con los jóvenes, es la que ha sostenido a lo largo de estos años para recuperar nuestro territorio

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Roberto Piaguaje, 66 años

Pë’këya es un territorio amplio que empieza por el Putumayo, Napo y el Aguarico, toda esta área que fue habitada por nuestros abuelos. Sin embargo, el Ministerio del Ambiente y otros actores, que no son parte de este territorio, nos dejaron un pequeño espacio territorial que no garantiza nuestra existencia.

Pë’këya es el espacio donde nosotros podemos pervivir, allí están las palmas  para hacer las fibras de Chambira para hacer las hamacas y las shigras. En esa zona estuvieron los grandes sabios del yagé, nuestros grandes representantes, nuestros grandes bebedores. Nosotros siempre hemos venido luchando por nuestro territorio que es nuestro desde hace muchos años. Con documentación empezamos en los años 1990’s y 2000 y hasta ahora seguimos en esa lucha. Y si los abuelos, los jóvenes hacemos ahora todo todo ese esfuerzo, es para nosotros seguir viviendo como Siekopai. Por lo tanto, esta lucha no es solamente de los abuelos, es una lucha en conjunto con los jóvenes, es la que ha sostenido a lo largo de estos años para recuperar nuestro territorio

Maruja Payaguaje, 79 años

A nosotros nos desplazaron a un espacio territorial que no es el centro de nuestro territorio.
Pë’këya es el nido, es el núcleo de nuestro territorio, donde abundan bastantes peces. Así como los mestizos tienen sus propiedades, las cosas que ellos utilizan, nosotros siempre hemos utilizado la pesca, la cacería, las plantas, los árboles, todo para nosotros está allí, como que estuviera sembrado, porque fue sembrado y cuidado por nuestros abuelos, por eso queremos regresar y hacer uso de esas plantas.

Mi abuelo, mi papá me decían: aquí es nuestro territorio. Este territorio no puede ser olvidado por nosotros, porque la espiritualidad está allá, por eso yo digo: yo estoy aquí, pero cuando ya me toque morir, regresaré a ese sitio para llegar a la inmortalidad que nuestros abuelos siempre nos decían. Nunca nos hemos olvidado de los sitios históricos, de los nombres de los ríos, por ejemplo, aquí tenemos el nombre de Pë’këya, también el nombre de Emuña, con esos nombres los bautizaron con nombres en paikoka, nuestro idioma, por eso nosotros nunca olvidaremos que ese territorio es nuestro.

Pë’këya – Lagartococha es nuestra razón de existencia, ese sitio estuvo habitado por nuestros ancestros, por nuestros antepasados, en esa zona estaban los Piaguajes y los Payaguajes. Por eso, nosotros, nuestra generación tiene esa obligación moral de seguir luchando por nuestro territorio.

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Maruja Payaguaje, 79 años

A nosotros nos desplazaron a un espacio territorial que no es el centro de nuestro territorio.
Pë’këya es el nido, es el núcleo de nuestro territorio, donde abundan bastantes peces. Así como los mestizos tienen sus propiedades, las cosas que ellos utilizan, nosotros siempre hemos utilizado la pesca, la cacería, las plantas, los árboles, todo para nosotros está allí, como que estuviera sembrado, porque fue sembrado y cuidado por nuestros abuelos, por eso queremos regresar y hacer uso de esas plantas.

Mi abuelo, mi papá me decían: aquí es nuestro territorio. Este territorio no puede ser olvidado por nosotros, porque la espiritualidad está allá, por eso yo digo: yo estoy aquí, pero cuando ya me toque morir, regresaré a ese sitio para llegar a la inmortalidad que nuestros abuelos siempre nos decían. Nunca nos hemos olvidado de los sitios históricos, de los nombres de los ríos, por ejemplo, aquí tenemos el nombre de Pë’këya, también el nombre de Emuña, con esos nombres los bautizaron con nombres en paikoka, nuestro idioma, por eso nosotros nunca olvidaremos que ese territorio es nuestro.

Pë’këya – Lagartococha es nuestra razón de existencia, ese sitio estuvo habitado por nuestros ancestros, por nuestros antepasados, en esa zona estaban los Piaguajes y los Payaguajes. Por eso, nosotros, nuestra generación tiene esa obligación moral de seguir luchando por nuestro territorio.

Roque Piaguaje, 69 años

Lagartococha es el sitio donde yo nací, donde mis abuelos vivieron, donde están los huesos de mis abuelos.

En esa zona, el gobierno nos ha despojado del territorio, han hecho guerras, conflictos entre ellos y nosotros tuvimos que salir de esas tierras hacia un pequeño espacio, sin ser los culpables de ese conflicto, nos han desplazado.

Ahí, en Pë’këya sí podríamos decir que estaríamos en este concepto del buen vivir, por eso es que allí yo en las lagunas suelo ir a pescar las mojarras, tener frescura, tener armonía, paz, tranquilidad y tener esa relación con los seres de la naturaleza.

Esperamos que, por lo menos nosotros, lleguemos a tener Justicia después de tantos años de lucha. Ese territorio no es para quizás vender o negociar, ese territorio es la garantía de nuestros hijos, para que nuestra cultura no se pierda y siga existiendo en el país y en el mundo. No es que recién estamos yendo a conquistar o quitar a alguien, ¡no!, ese territorio es siempre Siekopai. Sin el territorio nuestra nuestra vida ya habría terminado, por eso queremos seguir transmitiendo a la nueva generación que está ahora amenazada, que ahora está bastante golpeada, pero nosotros como abuelos, como Siekopai queremos seguir manteniendo nuestra cultura, garantizando la existencia de nuevas generaciones. Esa garantía únicamente será posible con el retorno de nuestros jóvenes a ese territorio, si queremos seguir viviendo como Siekopai.

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Roque Piaguaje, 69 años

Lagartococha es el sitio donde yo nací, donde mis abuelos vivieron, donde están los huesos de mis abuelos.

En esa zona, el gobierno nos ha despojado del territorio, han hecho guerras, conflictos entre ellos y nosotros tuvimos que salir de esas tierras hacia un pequeño espacio, sin ser los culpables de ese conflicto, nos han desplazado.

Ahí, en Pë’këya sí podríamos decir que estaríamos en este concepto del buen vivir, por eso es que allí yo en las lagunas suelo ir a pescar las mojarras, tener frescura, tener armonía, paz, tranquilidad y tener esa relación con los seres de la naturaleza.

Esperamos que, por lo menos nosotros, lleguemos a tener Justicia después de tantos años de lucha. Ese territorio no es para quizás vender o negociar, ese territorio es la garantía de nuestros hijos, para que nuestra cultura no se pierda y siga existiendo en el país y en el mundo. No es que recién estamos yendo a conquistar o quitar a alguien, ¡no!, ese territorio es siempre Siekopai. Sin el territorio nuestra nuestra vida ya habría terminado, por eso queremos seguir transmitiendo a la nueva generación que está ahora amenazada, que ahora está bastante golpeada, pero nosotros como abuelos, como Siekopai queremos seguir manteniendo nuestra cultura, garantizando la existencia de nuevas generaciones. Esa garantía únicamente será posible con el retorno de nuestros jóvenes a ese territorio, si queremos seguir viviendo como Siekopai.

Miguel Payaguaje, sabio Siekopai, 56 años

Lagartococha es el lugar de origen Siekopai y otros indígenas que el Dios Siekopai Ñañë Paina ha hecho milagros: la existencia de este mundo y los seres que habitamos en ella, es donde este Dios convivió con los Siekopai. Lagartococha es la puerta de entrada al mundo espiritual acuático y sobrenatural. Existe el camino abierto (Nuni ma’a) que nuestros sabios que a través de su fuerza de conocimiento ha dejado abierto desde el mundo terrenal hacia el mundo celestial donde los sabios y todos los siekopai pueden acceder a su morada final después de ser muertos. Lamentablemente ya se nos están acabando nuestros sabios y actualmente hay jóvenes que están practicando, y por toda la importancia espiritual de esta zona les permite realizar esta práctica cultural. Todos los 800 Siekopai entre abuelos, adultos, jóvenes, niños, mujeres y hombres sumamos a esta lucha.
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Miguel Payaguaje, sabio Siekopai, 56 años

Lagartococha es el lugar de origen Siekopai y otros indígenas que el Dios Siekopai Ñañë Paina ha hecho milagros: la existencia de este mundo y los seres que habitamos en ella, es donde este Dios convivió con los Siekopai. Lagartococha es la puerta de entrada al mundo espiritual acuático y sobrenatural. Existe el camino abierto (Nuni ma’a) que nuestros sabios que a través de su fuerza de conocimiento ha dejado abierto desde el mundo terrenal hacia el mundo celestial donde los sabios y todos los siekopai pueden acceder a su morada final después de ser muertos. Lamentablemente ya se nos están acabando nuestros sabios y actualmente hay jóvenes que están practicando, y por toda la importancia espiritual de esta zona les permite realizar esta práctica cultural. Todos los 800 Siekopai entre abuelos, adultos, jóvenes, niños, mujeres y hombres sumamos a esta lucha.

 

La Voz de la Juventud y la niñez Siekopai

Mariela Piaguaje, 29 años

“Como madre y como mujer quiero que se devuelva nuestro territorio porque ahí vivieron nuestros ancestros y mis hijos, los niños de mi pueblo deben conocer los lugares donde nuestros ancestros hicieron sus cerámicas y tuvieron los conocimientos que hasta ahora guardaron para ellos”.
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Mariela Piaguaje, 29 años

“Como madre y como mujer quiero que se devuelva nuestro territorio porque ahí vivieron nuestros ancestros y mis hijos, los niños de mi pueblo deben conocer los lugares donde nuestros ancestros hicieron sus cerámicas y tuvieron los conocimientos que hasta ahora guardaron para ellos”.

Hernan Payaguaje, 42 años

Lagartococha tiene una memoria viviente de nuestra identidad, cultura y conocimiento como Siekopai. Ha sido siempre el centro de concentración de grandes encuentros de sabios para para grandes ceremonias, que es la práctica tradicional para construir una relación sana entre la naturaleza y el ser humano, es el puente central en donde los espíritus, donde se establece una conexión más cercana para el aprendizaje y enseñanzas para la vida de un Siekopai. También es el centro de conexión desde diferentes comunidades Siekopai que se encuentran en la zona de Putumayo, de Napo y cabeceras de Aguarico. Recuperar el territorio ancestral de Lagartococha es renacer y revivir las raíces culturales.

En Lagartococha existen especies endémicas que solo se pueden encontrar allí, por ejemplo, peces como el kënaputiya, el paiche y otras. Para las cosechas y recolección de frutas silvestres, allí está el ësëpoo, wasoka, apita, su’teruru entre otros. También allí se recolecta especies para elaboración de canastos, bejucos para amarrar las viviendas, también recolectamos plantas medicinales, es el único lugar en donde existe la quinina, que sirve contra la malaria, y que en esta pandemia de Covid-19 fue la medicina que salvó a los Siekopai y a las demás comunidades.

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Hernan Payaguaje, 42 años

Lagartococha tiene una memoria viviente de nuestra identidad, cultura y conocimiento como Siekopai. Ha sido siempre el centro de concentración de grandes encuentros de sabios para para grandes ceremonias, que es la práctica tradicional para construir una relación sana entre la naturaleza y el ser humano, es el puente central en donde los espíritus, donde se establece una conexión más cercana para el aprendizaje y enseñanzas para la vida de un Siekopai. También es el centro de conexión desde diferentes comunidades Siekopai que se encuentran en la zona de Putumayo, de Napo y cabeceras de Aguarico. Recuperar el territorio ancestral de Lagartococha es renacer y revivir las raíces culturales.

En Lagartococha existen especies endémicas que solo se pueden encontrar allí, por ejemplo, peces como el kënaputiya, el paiche y otras. Para las cosechas y recolección de frutas silvestres, allí está el ësëpoo, wasoka, apita, su’teruru entre otros. También allí se recolecta especies para elaboración de canastos, bejucos para amarrar las viviendas, también recolectamos plantas medicinales, es el único lugar en donde existe la quinina, que sirve contra la malaria, y que en esta pandemia de Covid-19 fue la medicina que salvó a los Siekopai y a las demás comunidades.

Andrea Payaguaje, 12 años

Desde pequeña he viajado a Lagartococha y me gusta mucho. Mi abuelo me contaba muchas historias y hechos muy importantes que yo no sabía, él siempre decía que allá es nuestro territorio, allí viven nuestros abuelos. Esas historias me inspiran mucho, quiero viajar y conocer más. Para los niños como yo, Lagartococha es el lugar en donde podemos aprender de historia, de hechos muy importantes y de la vida en la selva como un Siekopai. Lagartococha acoge muchas riqueza y cubre las necesidades de las mujeres Siekopai, mi mamá y mis abuelas siempre viajan en busca de arcilla especial para la elaboración de cerámicas tradicionales y allí se recolecta también la cáscara de un especie de árbol para la mezcla de arcilla que permite compactar las cerámicas que elaboran las mujeres siekopai.
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Andrea Payaguaje, 12 años

Desde pequeña he viajado a Lagartococha y me gusta mucho. Mi abuelo me contaba muchas historias y hechos muy importantes que yo no sabía, él siempre decía que allá es nuestro territorio, allí viven nuestros abuelos. Esas historias me inspiran mucho, quiero viajar y conocer más. Para los niños como yo, Lagartococha es el lugar en donde podemos aprender de historia, de hechos muy importantes y de la vida en la selva como un Siekopai. Lagartococha acoge muchas riqueza y cubre las necesidades de las mujeres Siekopai, mi mamá y mis abuelas siempre viajan en busca de arcilla especial para la elaboración de cerámicas tradicionales y allí se recolecta también la cáscara de un especie de árbol para la mezcla de arcilla que permite compactar las cerámicas que elaboran las mujeres siekopai.

Junior 7 años: “Si perdemos este territorio que era de mis abuelos, mis familias nunca podemos vivir bien”

Fioreta 8 años: “Me gusta pescar en Lagartococha, cuando fui allá, un bagre y un pintadillo”

Amazon Frontlines se enorgullece de trabajar junto a los Siekopai en este caso histórico. ¡Por favor considera hacer una donación para apoyar nuestro trabajo de acompañamiento técnico y legal en la lucha de esta nacionalidad por recuperar su territorio ancestral!

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